¿Qué es lo que hace a la guitarra tan fascinante?

La guitarra y sus parientes cercanos, como el laud, el charango y la jarana, han sido compañeros de la humanidad desde hace muchos siglos. Aparecen en pinturas y objetos de cerámica de las antiguas civilizaciones indoeuropeas y están presentes en todos los continentes.     

La guitarra moderna, conocida como guitarra española, guitarra clásica, guitarra criolla o guitarra sexta, está presente en todos los géneros musicales. Su sonido puede ser dulce o salvaje según la intención de quien la toca. 

Es una antigua deidad de la música, un viejo símbolo representado lo mismo en el trovador trashumante de la Edad Media que en la moderna superestrella de rock. Ambas figuras están rodeadas por un halo de misterio y romanticismo, de luz y oscuridad. ¿Qué es lo que hace a la guitarra tan fascinante? ¿Qué hay de hechicero en su sonido, en su forma, que le ha valido canciones y poemas? ¿Qué tiene que son muchas personas las que abandonan todo por tocarla?

Para averiguarlo, toma una guitarra entre tus manos y cierra los ojos. Conocela así, sin verla ni oírla. Antes abrázala y acaricia la belleza de sus curvas, pulidas y torneadas amorosamente por el laudero. Cógela del brazo y siente su firmeza y la delicada tensión de las cuerdas que se deslizan todas juntas hacia su boca vegetal. Acércate a su boca y aspira el olor de su carne de madera. Si puedes, acerca una linterna y echa un vistazo a su interior: la matriza donde nacen sus sonidos. 

Ahora sí: abre los ojos y pulsa cualquiera de sus cuerdas con tu dedo medio. Percibe el ataque, es decir la fuerza con que el sonido rompe el silencio, y escucha con atención el eco que resuena largamente en su interior. Debes hacerlo suavemente pero con seguridad. No te preocupes si al principio no sabes cómo hacerlo. Poco a poco aprenderás a pulsarla y la guitarra te obsequiará sus mejores timbres.

Toca de arriba a abajo cada una de sus seis cuerdas y escucha las distintas voces. Comienza por la cuerda más gruesa, cuya voz es la nota mi. Es el tono más bajo de la guitarra y también el más largo y profundo.Hacia abajo, curiosamente, la escala asciende hacia notas más altas. La última de las cuerdas, que al igual que su hermana más grave corresponde a la nota mi, es un sonido dulce :parecido al de una flauta y lo mismo puede ser un pequeño suspiro que un rayo de luz o un rayo de noche.

Por último deja caer la mano sobre todas las cuerdas de tu instrumento y escucha la tormenta de pájaros invisibles que huyen de su boca. Oye cómo agitan sus alas. Entran por tus oídos, encienden tus ojos, agitan la íntima marea de tu corazón y después se pierden en el aire. Vuelve a tocar las cuerdas, báñate con su sonido, pega la guitarra a tu pecho y siente cómo vibra junto a ti.

Esto es apenas una pequeña probada. Después aprenderás a reconocer los sonidos y a combinarlos para formar acordes y crear melodías. Al principo batallarás y deberás esforzarte mucho para acomodar los dedos en el lugar correcto. Te dolerán las manos, te saldrán callos en las yemas, te equivocarás y perderás el ánimo muchas veces; pero si eres persistente, poco a poco irás progresando y cuando menos te des cuenta estarás tocando tu canción favorita de principio a fin.

Más adelante, si tu interés se convierte en gusto y sigues practicando, serás capaz de aprender piezas más complejas e irás desarrollando tu inteligencia musical. Y ya después, si tu gusto deviene en pasión, buscarás otros músicos con quienes tocar y un buen día te pararás en un escenario para ofrecer tu música al público y tu guitarra se convertirá en tu compañera inseparable, igual que los antiguos trovadores.

 

En la Universidad Pedagógica Nacional, a través de la Dirección de Difusión y Extensión Universitaria, específicamente el Departamento de Difusión Cultural ofrece el taller: Apreciación musical: Guitarra, los martes de 12 a 2 pm y viernes de 2 a 4 pm con el tallerista Mario Ochoa Torres.

Y ahora que sabes todo esto, ¿qué esperas para conseguir una guitarra e inscribirte en el taller que ofrece la UPN?